sábado, 27 de diciembre de 2008

La navidad 2008 según Andrés

El martes cruzaba la calle que va del lado del Teatro Nacional, mientras me dirigía hacia la Plaza de la Cultura. Lo primero que noté al pasar fue el portal tan hermoso y me pregunté si habrían dado con las imágenes españolas originales que fueron robadas el año anterior.

Proseguí con las paradas de San Pedro en la mente y mi introspección fue interrumpida por la voz en grito del señor que anuncia el final de los tiempos, razón por la cual debemos pedir misericordia de Dios y confiar en Jesucristo. Al tornear la cabeza para ver mi camino, descubrí a la pareja de novios llena de patetismo, en la cual no se sabe a ciencia cierta cuál de los 2 es más feo pero que igual siguen juntos porque «peor es nada».

Continué y me tropecé con el bebé que intenta en vano de coger una paloma, uno de tantos pájaros que interrumpen el paso apurado de los peatones que por ahí paseamos. Vi un claro en media multitud justo frente a McDonald’s, exactamente al lado de unos maes que disfrutaban de un helado.

Caminé, corrí y hasta troté para llegar a la fila de San Pedro, donde precisamente estaba el autobús de Carmiol de tercero. Me senté de forma paciente a esperas de que arrancara y me llevase a mi destino. Pasaron los minutos y noté algo peculiar: los carros en vez de ir al frente lo hacían en reversa e incluso los buses que estaban adelante del nuestro caminaban un poco y hacían lo propio.

Y no era que estaba loco, sino que había algo que impedía el paso. Fuimos a dar una gran vuelta pero al final no supimos qué sucedió, puesto que al regresar a nuestra ruta todo parecía normal.

Más tarde fui a comerme algo a Café Mundo... ¡las mejores crepas de fresa del mundo! (soy Andrés y apruebo este mensaje).

Posteriormente, fui de nuevo a tomarme algo con unos amigos a Cafeteando en Multiplaza del Este.

Al día siguiente, me desperté tarde porque no abrían el gimnasio y no tenía nada que hacer. La jornada transcurrió sin mayor sobresalto hasta eso de las 6 de la tarde, cuando mis primos empezaron a llegar para la celebración de la cena navideña. Como de costumbre, hablamos de temas sin importancia y de una que otra historia del momento. Hicimos énfasis en «bebé», una persona (que no se sabe si es hombre o mujer) que le manda mensajes a mi prima siempre terminados en esa palabra. Para las 10:30 p.m., ya todos estábamos hartos y decidimos hacer cosas más interesantes. Unos quisieron dormir, otros arreglar el desorden y los otros acompañar a algunos a sus casas (¡vaya espíritu navideño, ah?).

A la mañana siguiente, nos despertamos con una sonrisa en el rostro deseando una feliz navidad a los demás. Punto.

Pero en realidad yo no lo sentí. Digo, ni siquiera escuché un villancico en todo diciembre y me dediqué a hacer no sé qué cosas las cuales me impidieron sentir la emoción que me caracteriza durante estas fechas. Es bastante raro, porque fueron y pasaron pero yo ni me percaté.

Lo peor del caso es que mi tiempo favorito del año es justamente este, un espacio que espero con ansias durante los 12 meses y que, al menos este 2008, es como si no hubiera existido. Siento como si todo este tiempo hubiese sido un sueño y yo no me he despertado.

Así las cosas, me pregunto si esto le sucedió a muchos o, como es costumbre, me pasó solo a mí...

2 comentarios:

U.A.S dijo...

Viera qué raro, a mí me pasó lo contrario. Conforme iba creciendo, se fue yendo poco a poco la ilusión. Pero esta Navidad, no sé, me gustó mucho. Creo que fue porque hace mucho no la pasaba así, con toda la familia hasta tarde del 24. Y los regalos fueron sencillos pero muy muy bonitos. Creo que lo que más me gustó fue que me regalaron cosas que decían: "Yo te conozco, sé que esto te gusta/ te hace falta".

Ya fuera del aspecto religioso, creo que aunque uno no crea en Dios puede disfrutar la Navidad por todo lo que hay a su alrededor. Me gusta mucho desayunar donde mi tía abuela y es una tradición que no quiero que se pierda. Amo hacer tamales y ser el que pone el arroz (tampoco hago la gran cosa, yo sé).

Pero, uno puede hacer lo mismo en otra época del año y sentir lo mismo. Que si la Navidad se te pasó, el sentimiento que da lo podés vivir ahora.

Evicted Aussie dijo...

Mae, es que no... ¡el sentimiento de navidad es en navidad!

Digo, uno puede sentir algo similar durante cualquier período del año, pero es que no es lo mismo ser que estar, dijo Alejandro Sanz.

Pero sí, por lo menos intentar.

Por otro lado, viéndolo desde un enfoque positivo, creo que este año va a ser distinto a todos los demás en el sentido que no disfruté la época navideña y, al contrario, me la voy a pegar bien durante principio de año... que conste que dije «creo».