lunes, 26 de enero de 2009

El sistema y yo (versión no troska)

Resulta que hoy estuve buscando brete en lo propio.

Muchas veces he trabajado en cosas ajenas a mi carrera, dado que no he encontrado un puesto que me resulte satisfactorio. Digo, yo he estudiado por muchos años como para me vengan a pagar como misceláneo (si es que me ofrecen remuneración alguna).

En una nueva oportunidad, llegó una superoferta, digna de tienda 2x1. Podía hacer una pasantía gratis por 3 meses y, si al final de ese período cumplía con las expectativas, empezaría a ganar (estoy seguro que ni el mínimo).

¿Soy acaso un iluso por darme mi lugar y rechazar la propuesta? No lo creo. Máxime que ya me dediqué en el pasado 6 meses a ofrendar mi esfuerzo en una agencia donde al final solo me dieron las gracias.

¿Cómo es posible que esto suceda? ¿Y pretenden que haga buena cara, desdeñe la situación y me deje mangonear? El colmo es que me voy para un call centre, donde no necesito más que saber inglés y me pagan decentemente, algo que no se puede alcanzar con una educación universitaria. Lo peor es que esto no hace referencia al libro: Patas arriba. La escuela del mundo al revés de Eduardo Galeano.

¡Es una historia real, mi historia!

¿Será que me equivoqué de carrera? ¿Será que mejor debí haberme dedicado a ser gigoló o doctor o ingeniero? ¿Qué se hace cuando la vida deja de tener sentido lógico para uno como persona?

¡Bah! En fin, como dice Calle 13:

En el mundo existen muy buenas ideas
Hay don Quijotes y Dulcineas
Hay sexo en el baño, sexo en la cama
Sexo sin ropa, sexo en pijamas
Hay cosas reales y melodramas
Hay laberintos y crucigramas
Existen llamadas que nadie contesta
Hay muchas preguntas y pocas respuestas
Hay gente valiente, gente con miedo
Gente que el mundo no le importa un bledo
Gente parada, gente sentada
Y gente soñando, gente despertando
Hay gente que nace, gente que muere
Hay gente que odia y gente que quiere
En este mundo hay mucha gente
Pero, pero, pero...
.

domingo, 25 de enero de 2009

¿Quién es el indigente?

Resultó que estaba viendo alguna que otra información sobre la toma de posesión de Barack Obama en internet y me encontré con esta fotografía:



De inmediato, quedé sorprendido porque si bien pensaba que el señor presidente era una persona muy abierta y tolerante, jamás hubiera creído que dentro de los concurrentes a sus fiestas hubiese alcohólicos o indigentes.

Me puse a observar con mayor detenimiento y observé en segundo plano a una figura conocida: Stevie Wonder. Supongo que semejante estrella no accedería a compartir el escenario con cualquiera.

Continué mi lectura y me percaté de que ni era indigente, ni era alcohólico, ni era cualquiera: ¡ERA STING!

Pero claro, el tiempo no perdona ni a los artistas y, sobre todo, el baño es algo que siempre se agradece (por más famoso que uno sea).

lunes, 19 de enero de 2009

Caja de Pandora

Soy un hombre misterioso. No tanto porque me guste andar guardando secretos, sino más bien porque se puede decir que soy reservado con mi vida.

Esto me hace recordar un curso que llevé el año pasado, llamado «Relaciones de poder». En él se nos enseñaba que cada persona cumplía con ciertos roles, según el grupo social en el que encontrara. Yo me lo he tomado muy en serio durante toda mi vida, puesto que tengo miles de «personajes» que se desarrollan de acuerdo con la situación en que me encuentre. Así, está el «yo» que es persona, otro que es compañero, el de la familia, el amigo y un largo etcétera. Aunque sí existen rasgos comunes entre éstos y aquéllos, también hay diferencias muy marcadas entre sí. Por ejemplo, el compañero muestra poco de persona y el de familia es muy distinto al de amigo.

Anoche, no obstante, sucedió algo excepcional. Estaba hablando «la persona» (esto es, mi álter ego) y, mediante el uso de mi «don», tuve la osadía de mencionarle este blog. Pese a que en el momento pareció una buena idea, pronto me percaté del error. Había abierto sin querer la caja de Pandora, representada por una serie de historias aquí relatadas, que descubren grosso modo los distintos «yos», muchos de los cuales son incompatibles –según mi parecer– con el Evicted Aussie con quien mi oyente estaba conversando.

A la postre, en determinado momento la conexión de internet murió y el chateo quedó a medio camino. Mientras sí tuve la oportunidad de rogarle que detuviera la lectura, desconozco si se hayan concretado mis deseos. A lo que comprendí en el momento, no fue así.

En cualquier caso, desde ese momento no he tenido sosiego. Me preocupa que haya un grado de disonancia tan extremo que la otra persona se sienta afrentada por mis acciones versus mis textos. Lo peor de todo es que no existen emoticonos que puedan emplearse aquí para demostrar mis sentimientos, porque de seguro los llevaría a uso en este espacio __________. (Hasta donde sé, no existen carillas que demuestren la sensación de desnudez ante terceros o, como mínimo, una pelada de nance).

Me conforta que durante nuestra charla de anoche recibí un grato recibimiento de su parte, al punto de que, por primera vez en mucho tiempo, recibí un halago por ser diferente, por alejarme de los estándares que se supone me deben caracterizar.

De todas formas, el tema de fondo acá es que las confidencias han sido develadas. Resta ahora esperar para ver si, en esta caja de Pandora, saldrán desgracias semejantes a las de la leyenda o, por el contrario, dará inicio a un cuento de hadas.

miércoles, 14 de enero de 2009

Oh, my God! (if I only had a brain)

Ayer hablaba acerca de mi «don», esto es, mi habilidad de decir cosas imprudentes pero con gracia; nunca con intención de lastimar.

Existen, sin embargo, energúmenos que abren la boca con el único propósito de levantar roncha, de exacerbar los ánimos ajenos para mal, de sentirse la gran cosa haciendo mella en los sentimientos o dignidad de los otros.

A este tipo de desgraciados me referiré el día de hoy.

Nació este sentimiento de observar YouTube. Buscaba distintas perspectivas del terremoto del jueves anterior y me topé con este video.



¿Vio qué chiva?
De inmediato, no pude sino llenarme de gran rabia. Es decir, todo el mundo está en su derecho de reírse o gozar en un temblor, después de todo, cada cual es dueño de sus afectividades. Lo que no me parece correcto es burlarse a posteriori del dolor ajeno, no ser partícipe del desconsuelo que sufren sus compatriotas en estos momentos tan difíciles y publicar, a sabiendas de los daños materiales y humanos que había habido, semejante muestra de perversión a 24 horas de los hechos... ¡Fue demasiado, mae!

Supongo que a un culicagado que llegó a su casa y encontró a lo sumo tres platos quebrados le puede resultar toda una experiencia digna de contar, al punto de decir: «¡Oh, mae, qué pichudo!».

O sea, no se lo puede culpar: a esas alturas no ha terminado de desarrollarse y no sabe lo que es tener un miembro viril tamaño normal. Si me lo preguntan, este debe ser un caso de micropene, puesto que en cierto momento exclamó: «Se me jodió el..., Esteban». Aunque no entendí bien lo que expresó, supongo que su madre estaba tan triste por el futuro que le deparaba a su hijo, que le enseñó un nombre alternativo para el órgano sexual, de modo que le evitara un bochorno durante el porvenir.

Mas, como el karma es un asunto que no se puede evitar, fue al publicar esta información que el propio Fabián sacó a la luz sus intimidades más recónditas y, en especial, un secreto que ni él conoce: tiene la capacidad de raciocinio de un muro.

martes, 13 de enero de 2009

Mi don

Existen muchos aspectos de la vida que uno puede considerar como definidores de su carácter. En mi caso personal, creo tener un buen sentido del humor. A veces inocente, otras veces ácido y, la mayor parte del tiempo, sarcástico.

Resulta un excelente escape ante los problemas de la vida. En una ocasión, cierta profesora de la universidad nos comentaba que tal característica resultaba ser un don, específicamente «hacer la gracia» de Dios. A partir de aquel día, vi ese comentario como una luz verde para realizar mis comentarios, pues pensé que algo semejante sería agradable.

No obstante, en los últimos tiempos -sobre todo hoy- he descubierto que esto no puede ser algo bueno. Quizás por exceso de «gracia» es que me gano el repudio de la gente. Por un lado, no debería preocuparme por la opinión ajena; pero por otro, si alguien nota que sus palabras hieren, el problema se vuelve propio.

Sinceramente, no lo hago con intención. Mi único deseo es expresar lo que siento y lo que creo que es la verdad. Nada de levantar roncha, en especial porque intento al máximo tratar a los demás como me gusta ser tratado. Pero ello no es suficiente y mi gran boca continúa haciendo estragos en las relaciones que entablo con terceros.

Así es que, si alguna vez he ofendido a alguien con cierto comentario desatinado o pasado de tono, le pido mis más sentidas disculpas. No intentaré decir que no lo voy a cometer de nuevo, pero tenga certeza que trabajaré para lograrlo.

Mientras tanto, yo contendré mis impulsos para aplicar este «don» que, en este momento, más pinta a «maldición».

¡Ayudemos a las víctimas del terremoto en Costa Rica!

Como nunca está de más aprovechar todos los medios disponibles para ayudar a quienes más lo necesitan, adjunto información de gran valía para brindar un aporte.

Cuentas de banco:
Banco de Costa Rica | cuenta: 001-250-0 | SINPE 15201001000025008 | BCR Desde el extranjero: Beneficiary Bank Name: Banco de Costa Rica, SWIFT: BCRICRSJ | BCR duplica cada donación recibida
BAC San José | cuenta: 908524192 | SINPE: 1020000-9085241925
Banco Nacional | cuenta colones 100 01 000 043517-2 | cuenta dólares 100 02 000 616147-5
Banco Popular | cuenta 161-010084-1000911-4

Por SMS:
Envíe un mensaje al 1423 para donar ₡1.000 | 2423 para donar ₡2.000 | 5423 para donar ₡5.000 | 9423 para ₡9000

¿Quiere llevar sus donativos?
Punto de acopio frente a Laguna de Fraijanes | Hotel San Gildar (Escazú) | Tiendas Gollo en todo el país | Cruz Roja en todo el país | Radio Columbia (Zapote) | Teletica (Sabana) | Casa Presidencial (Zapote) | Estaciones de bomberos en todo el país | Restaurantes McDonald´s | Supermercados MegaSuper

¿Qué llevar?
Tiendas de campaña, cobijas, capas, baterías, linternas, cocinas de gas, agua, leche de larga duración (que no sea en polvo dado que no hay agua), alimentos empacados y de fácil preparación, enlatados con abrefácil, café.
Implementos de aseo personal: jabón, papel higiénico, pasta dental, desodorantes, toallas sanitarias, etc.

jueves, 8 de enero de 2009

Cuando pase el temblor

Aunque bien puede pensarse que me refiero a la canción que escribió Gustavo Cerati para Soda Estéreo, todos los que habitamos en Costa Rica sabemos que hablo más bien del terremoto de 6,2 grados en la escala de Richter que vivimos en carne propia el día de hoy.

Personalmente me perturba el hecho de que, habiendo pasado uno toda su vida en este terruño, pueda llegar a sorprenderse y hasta asustarse por un movimiento telúrico. Desconozco si fue su intensidad o su duración (que parecía nunca acabar), pero por primera vez desde que tengo memoria creí que, si la tierra no dejaba de moverse, iba a morir enterrado entre los escombros de mi casa.

A la postre, me encontraba yo «cuidando» a mi abuela. Intenté mantener a calma y mostrar un rostro de total tranquilidad. Quizás no lo logré, puesto que lo primero que hizo la pobre fue decirme que no me preocupara, que igual ya había pasado (ello pese a que apenas iba por la mitad, más o menos).

Me alegra mucho que no haya pasado más, aunque sí lamento mucho la muerte de las personas que perdieron la vida durante el suceso. Espero, asimismo, que las réplicas continúen de forma imperceptible y, de no serlas, que acontezcan de día y no durante la noche.

Quiero aprovechar para contarles que si no vuelvo a escribir, es porque probablemente un desfase de placas tectónicas apagó el fuego de mi existencia.

PD: Sorry por el último comentario, pero es que quería acabar con un poco de dramatismo, ¡je, je, je, je!

lunes, 5 de enero de 2009

Pensamientos aleatorios

# 1: Odio hacer tesis


Sé que por la ley de la atracción hay que crear pensamientos positivos para tener una vida feliz y plena, pero en cuanto a lo que este asunto se refiere, no ha traído más que mortificación, dolor y engaño a mi existencia. Hoy andaba por ahí y me preguntaron que qué tal con esa vara, a lo que respondí que es la peor porquería que me ha pasado en la vida.

Si tal afirmación fuera cierta, me parece que al menos tengo mucho que agradecerle a Dios, pues en realidad -si bien es un mal bastante molesto e incómodo- no es nada en comparación con todos las desgracias que existen en el planeta.

En todo caso, la odio, la odio, la odio... y espero que en el futuro el destino me depare algo para resarcir semejante agravio en contra de mi salud mental.



# 2: La gente y el espacio personal íntimo


Defino el espacio personal íntimo como aquel que uno considera su propiedad y al cual no le permite la entrada a personas más allá de sus seres cercanos. Yo admito comportarme de forma bastante quisquillosa en este aspecto, pues aún con la gente conocida me cuesta mucho eso de permitir que se me acerquen. Un amigo mío incluso describe mis apretones como «abrazos antisépticos».

Bueno, la cosa es que últimamente no sé qué le pasa a las personas que me rodean, pero les ha dado por traspasar los límites de lo permitido y romper con las reglas socialmente aceptadas.

Primero fue un día haciendo fila para recoger una plata en Western Union. Me fui para el Palí y me dispuse a colocarme como me correspondía. Hasta ahí todo bien. Pero al momento llegó un señor a ponerse justo detrás de mí. De repente y sin previo aviso, sentí la respiración del roco en la nuca y casi que su peso corporal encima del mío. Incómodo como estaba, intenté esquivar a mi acosador impremeditado, quien al ver cómo me alejaba de sus retorcidos pensamientos, decidió continuar ejecutándolos, siguiéndome imprudentemente. De manera afortunada, los que adelante de mí se encontraban avanzaron, lo que me permitió guarecerme en una pared. No satisfecho con eso, trató de restregarse de nuevo, pero mi cara (en una mezcla de asco, molestia, enojo y vergüenza ajena) le puso en claro que sus acciones estaban erradas.

Final de la historia 1.

Hoy, me venía bajando del autobús y, como es costumbre en estas situaciones, se hizo una fila con pasajeros para salir. Detrás de mí venía un niño de la mano de su madre, a quien se le notaba ansioso por tocar «tierra firme». El asunto es que, otra vez de repente y sin previo aviso, siento al escuincle consumido en mi entrepierna y a su madre preocupada (espero que haya sido avergonzada) diciéndole: «Espérese, papito, espérese». De nada valieron las peticiones encarecidas de la mujer, porque el carajillo insistía a toda costa en ser el primero en salir, fuese como que fuese. Traté de hacer caso omiso de los hechos y continuar como si nada. No obstante, al llegar a las gradas, sentí semejante cabezazo en mi culete (cual estocada final) que casi me hace besar el suelo al bajar. Incrédulo ante los acontecimientos, me incorporé como si nada hubiera pasado y continué mi camino hacia mi casa, no sin antes maravillarme ante la malacrianza del mocoso y lo apocada que resultó la fémina que le dio la vida.

Final de la historia 2.



# 3: Fe de erratas


El pasado 8 de diciembre en este blog, escribí una entrada en la que se daba información con respecto a las elecciones internas del Partido Liberación Nacional, a realizarse el próximo domingo 18 de enero.

Aunque prometí no volver hacer comentarios políticos, me parece justo y pertinente ofrecerles mis disculpas, pues la información no estaba del todo correcta. Resulta que si bien habrá comicios esa jornada para la agrupación en cuestión, no se decidirá quién será el candidato. Este acto se llevará a cabo más adelante.

En otras palabras, de nada sirve acudir a esas justas electorales ;)

jueves, 1 de enero de 2009

Mis propósitos de año nuevo

Por mucho, mucho tiempo, detesté Año Nuevo. Con cada 1 de enero que pasaba, se alejaba de mí todo sentimiento de felicidad que la Navidad traía consigo. No recuerdo desde cuando empezó aquello, pero la cosa es que lo odiaba con todo mi ser.

Una vez mi prima me contó que cuando mi mamá estaba embarazada de mí, tuvo que venirse de México, donde vivía con mi papá y su familia. Fue justamente en el período comprendido entre el 26 de diciembre y los primeros días de enero que se dio ese trance. Según ella, eso podría tener algo que ver con mi molestia hacia la época. No sé si habrá atinado en sus argumentos, pero bien puede ser una explicación válida.

En todo caso, como ya había comentado en una entrada anterior, las navidades del 2008 fueron algo salidas de lo normal dado que no sentí el espíritu propio de las fechas. Tomando en consideración que siempre espero con ansias la llegada del Niño Dios (a la postre, «el único chiquito del Medio Oriente por el cual se han preocupado en Occidente», según leí el otro día) y que esta vez no fue la cuestión, decidí hacer de las festividades de la Nochevieja el desquite.

La verdad la pasé bastante tranquilo y, sobre todo, con una mente positiva en vistas del nuevo ciclo que recién hoy empieza. Empecé a maquinar todas aquellas cosas que de una u otra manera me perturbaban y que sería bueno cambiar. Ya tenía listo el inventario de los must do's cuando recibí un correo electrónico de una compañera de la U que hace poco perdió a un amigo muy querido.

Nuestra vida es nuestra responsabilidad y si no nos gusta a donde estamos ahora, los responsables somo única y exclusivamente nosotros... EL FUTURO NO EXISTE. Tenemos miles de planes para el futuro, pero una persona solo piensa en el futuro porque en el presente no esta totalmente feliz y entonces sueña


¿Vale realmente «planificar» lo que vamos a hacer aún y cuando no sabemos las circunstancias que nos depara el porvenir? ¿Debemos supeditar nuestro aquí-ahora a llevar a cabo tareas que nos hacen miserables para conseguir una «dicha inmensa» más adelante?

Como dice Julieta Venegas: «el presente es lo único que tenemos, el presente es lo único que hay». Por ello, llegué a la determinación de aprovechar cada jornada de este año para alcanzar una pequeña felicidad temporal cada 24 horas. Claro está, tampoco es que me propondré acciones indiscriminadamente y sin sentido, sino que tendré un plan de vida muy general con cosas que deseo y lucharé por conseguirlas un poquito cada día.

Y de hecho, ya empecé desde el lunes (",).

A lo mejor suene como uno de esos comentarios típicos de estas fechas, ¡pero prometo cumplirlo al máximo a partir de hoy!