lunes, 19 de enero de 2009

Caja de Pandora

Soy un hombre misterioso. No tanto porque me guste andar guardando secretos, sino más bien porque se puede decir que soy reservado con mi vida.

Esto me hace recordar un curso que llevé el año pasado, llamado «Relaciones de poder». En él se nos enseñaba que cada persona cumplía con ciertos roles, según el grupo social en el que encontrara. Yo me lo he tomado muy en serio durante toda mi vida, puesto que tengo miles de «personajes» que se desarrollan de acuerdo con la situación en que me encuentre. Así, está el «yo» que es persona, otro que es compañero, el de la familia, el amigo y un largo etcétera. Aunque sí existen rasgos comunes entre éstos y aquéllos, también hay diferencias muy marcadas entre sí. Por ejemplo, el compañero muestra poco de persona y el de familia es muy distinto al de amigo.

Anoche, no obstante, sucedió algo excepcional. Estaba hablando «la persona» (esto es, mi álter ego) y, mediante el uso de mi «don», tuve la osadía de mencionarle este blog. Pese a que en el momento pareció una buena idea, pronto me percaté del error. Había abierto sin querer la caja de Pandora, representada por una serie de historias aquí relatadas, que descubren grosso modo los distintos «yos», muchos de los cuales son incompatibles –según mi parecer– con el Evicted Aussie con quien mi oyente estaba conversando.

A la postre, en determinado momento la conexión de internet murió y el chateo quedó a medio camino. Mientras sí tuve la oportunidad de rogarle que detuviera la lectura, desconozco si se hayan concretado mis deseos. A lo que comprendí en el momento, no fue así.

En cualquier caso, desde ese momento no he tenido sosiego. Me preocupa que haya un grado de disonancia tan extremo que la otra persona se sienta afrentada por mis acciones versus mis textos. Lo peor de todo es que no existen emoticonos que puedan emplearse aquí para demostrar mis sentimientos, porque de seguro los llevaría a uso en este espacio __________. (Hasta donde sé, no existen carillas que demuestren la sensación de desnudez ante terceros o, como mínimo, una pelada de nance).

Me conforta que durante nuestra charla de anoche recibí un grato recibimiento de su parte, al punto de que, por primera vez en mucho tiempo, recibí un halago por ser diferente, por alejarme de los estándares que se supone me deben caracterizar.

De todas formas, el tema de fondo acá es que las confidencias han sido develadas. Resta ahora esperar para ver si, en esta caja de Pandora, saldrán desgracias semejantes a las de la leyenda o, por el contrario, dará inicio a un cuento de hadas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdadera pregunta es:

¿Realmente se irá a sorprender el oyente de darse cuenta que el Evicted Aussie con el que hablaba tiene una variedad de “yos” que podrían resultar diferentes? ¿O será acaso que el oyente también tiene varios “yos” y tal vez cada uno de ellos se pueda sentir identificado?

En todo caso, aunque no haya emoticonos para demostrar compresión y hasta cierto grado de complicidad que pueda calmar el desasosiego de sentirse desnudo frente a un tercero (y prácticamente un extraño!!), una vez alguien dijo que la vida está llena de sentimientos más allá que los expresados por emoticonos.

U.A.S dijo...

Uno piensa que el blog es una cajita difícil de accesar, y a la que muy pocos conocidos podrán ver. Pero con el tiempo, crece. Llegan desconocidos a ella, llegan conocidos, tus amigos se lo topan... Y así te das cuenta de que, afrontémoslo, el blog está en Internet. Cuando hno se da cuenta de eso... poco a poco deja de interesarle ser descubierto...

Evicted Aussie dijo...

¡Tengo demasiada vergüenza!... ya ni sé qué decir.

Lo que sí es cierto es que la verdad entre cielo y tierra no hay nada oculto. Tarde o temprano la gente se percatará de cómo pienso y cómo actúo. Quizás haya muchas contradicciones, pero supongo que quienes me conocen de verdad no tendrán mayores sorpresas.

Anónimo dijo...

Hola Evicted Aussie!
Me ha encantado tu forma de relatar tu propia caja de pandora. La verdad es que si todos abrieramos la nuestra alguna vez más de uno se llevaría una sorpresa.
Sobre esto, lo que uno escribe no siempre es igual a como uno habla, es realmente curioso.
¿No crees?

Evicted Aussie dijo...

¡Hola, Robin! Como siempre le agradezco mucho que se haya pasado por acá y dejar su comentario.

Creo que más allá de la disonancia entre lo que uno escribe y lo que uno habla, existe una diferencia mucho más marcada entre como uno escribe y uno actúa... de ahí la preocupación vertida en este comentario.

Anónimo dijo...

Entiendo lo que quieres decir.
Bien, siempre es interesante ser Mr Jekyll y Mr. Hide, puede que sean matices. El tema es complicado, pero lo veo como algo más bien divertido que nos da una imagen mas global de nosotros mismos.