jueves, 19 de febrero de 2009

La manta de seguridad de Linus van Pelt

Desde hace días sentía la obligación de escribir de nuevo acá, pero sinceramente no me apetecía. Inicié una entrada denominada «Manta de seguridad» en la que hablaba de mis idas y venidas con un artículo que es muy famoso en Europa (supuestamente) llamado Singelringen. Consiste en un «anillo de moda entre quienes están comprometidos con su soltería», según apuntaba La Nación el 13 de mayo del 2007. Resultó que para esas fechas empecé a trabajar y, considerando la mala suerte siempre que he tenido en el amor, creí que era pertinente adquirir el producto en cuestión.

Pasó el tiempo y lo olvidé completamente hasta que cierta noche en la mitad del 2008 accedí al sitio para comprarlo. Una vez que llegó a mis manos descubrí que no era tan chiva como pensé en un comienzo; pero bueno, ya lo tenía y no me quedaba más remedio que utilizarlo.

El asunto es que jamás creí que llegara a significar tanto para mí. Una noche, después de llegar del gimnasio, no pude localizarlo y un gran desasosiego me invadió. Necesitaba sentirlo en mi dedo. Noté cómo gracias a él podía descargar la ansiedad o pasar el mal rato tocándolo, en una complicidad que solo él y yo conocemos. También debo admitir que ha habido poquísimas personas que lo han reconocido como tal y me resulta gracioso cómo otras tantas se me aproximan a cuestionar sobre su significado.

Volviendo a mi historia original, buscaba insumos para crear la entrada (ya había dicho que tenía un bloqueo mental) e introduje la frase «manta de seguridad» en Google. Descubrí entonces, que el término había aparecido gracias a un personaje de Snoopy, Linus van Pelt, quien a pesar de su corta edad, es bastante inteligente, con una vena de filósofo y teólogo al punto de que en ocasiones cita el Evangelio.

Según Wikipedia, el niño casi nunca anda sin la manta azul, la cual tiende a estar sobre su hombro derecho al tiempo que se mete su pulgar a la boca. Al parecer, ésta tiene algo así como una personalidad propia.

Como queda claro, existen otras similitudes. Si bien no soy teólogo ni filósofo y el anillo no es azul (sino turquesa); me siento identificado con el niño: me considero un mae inteligente y el color de mi prenda está en el mismo sector cromático que la manta de van Pelt.

Y ya descubrí, además, que una manta de seguridad puede estar hecho de algo que no sea tela.




4 comentarios:

Makinis dijo...

Usted gastó 45 euros en esa porquería??

Evicted Aussie dijo...

¡Sí, pero ahora tengo autoestima! ¡Ja, ja, ja, ja!

noctambula_rock dijo...

hola...
yo también tengo mi mantita, y es de color negro..

saludos

Anthonie Montt dijo...

Y que le importa a usted cuanto.gastara? No es su problema