El seminario

Estuve sábado y domingo en un seminario en Heredia.

Me recordó terrible y dolorosamente los puercos encuentros que hacía cuando estaba en el cole; donde había música, «enseñanzas para la vida» y mucho, pero mucho llanto. Claro, que en esta oportunidad faltó lo último dado que éramos un montón de desconocidos.

(Debo admitir, que en cierto punto estuve cerquísima de soltar el moco. Hay ciertos períodos de mi vida que no me gusta rememorar y no tanto porque hayan sido feos sino porque me traen a mi memoria determinadas personas que me han sido muy preciadas y que quizás no vuelva a ver nunca a más. Por eso me afecta tanto cuando me toca despedirme de la gente ya que recuerda de todos ellos)...

Pero bueno, eso no es lo importante. En total había 18 personas en el grupo, pero mae, ¡¡¡fue de lo peor!!! Nunca había visto tanta gente tan rara reunida en un solo lugar: desde el rockero solitario hasta el freak que busca a toda costa ser aceptado por los demás. Sin embargo, lo que hubo sobre todo fue un conjunto de viejas y maes repipis que me dejaron sin palabras. Resumo el fin de semana con una sola cosa: digamos que uno de los maes que estaba allí pertenecía a la Juventud de Liberación Nacional.

¡GRACIAS... TOTALES!

Y es que yo en lo personal DETESTO tanto a los troskos como a la gente pipi de ultraderecha (♪ Movimiento Libertario ♫). A veces me pregunto de dónde sale esta repulsión tan patológica y me quedo sin una respuesta «contundente» (la palabra más usada por el susodicho durante los 2 días).

Pero como no hay mal que dure 100 años ni idiota que lo soporte, gracias a la Maca acabó la reunioncita esa. Solo espero no tener que soportarlos a todos al mismo tiempo durante un lapso semejante. Eso sí, debo reconocer que también hubo unas muchachitas que fueron supersimpáticas y que me cayeron muy bien, porque a pesar de tener un perfil más ajustado al de los otros, como que eran 1000 más juiciosas.